domingo, 7 de junio de 2015

Cuando decimos: “Ni una menos”*

Las mujeres no buscamos que nos maten por celos, según -indican fallos judiciales –como los de Horacio Piombo y otros jueces retrógrados– o como señalan las millones de denuncias desatendidas por la Policía.



Todo parece comenzar con un hashtag que explota en las redes sociales. Se pliegan personalidades de la cultura, del periodismo, del deporte, de los más diversos ámbitos sociales. Y tras el “éxito” de la consigna, vienen las adhesiones de la farándula y la política tradicional, que no pueden permitirse, en plena campaña electoral, quedar fuera del fenómeno.
#NiUnaMenos surge de un grupo de periodistas, escritores y artistas realmente preocupados por la violencia contra las mujeres.
#NiUnaMenos se hace eco de lo que muchas organizaciones de mujeres y derechos humanos, como Pan y Rosas (con 12 años de existencia) o la Casa del Encuentro 
(el observatorio de femicidios que releva los casos), venimos denunciando: no hay crímenes pasionales; las mujeres no provocamos nuestra propia muerte porque decidimos separarnos, hastiadas de la violencia en la pareja.
Las mujeres no buscamos que nos maten por celos, según indican fallos judiciales –como los de Horacio Piombo y otros jueces retrógrados– o como señalan las millones de denuncias desatendidas por la Policía.
Los homicidios de mujeres se basan en prejuicios ancestrales que nos conciben como propiedad de otros, que marcan nuestros cuerpos para estar a disposición del goce de otros, que señalan que nuestras vidas están para servir a otros en todos los órdenes de la vida (sean hombres, niños, ancianos).
Esos crímenes son el último eslabón de una cadena de violencia cotidiana que se ejerce en los múltiples ámbitos de una sociedad capitalista y patriarcal.
Esos prejuicios actúan de manera tal que cada vez que una mujer es asesinada, todas las otras somos llamadas al orden porque, ¡ojo!, podemos ser la próxima. Una muerta cada 30 horas nos marca que puede ser nuestra hermana, madre, cuñada, compañera de trabajo o de estudio. Que podemos ser nosotras mismas.
Esos prejuicios son sostenidos por los medios de comunicación 
que nos muestran como objetos de consumo y de marketing. Por una Iglesia hipócrita, que nos habla 
de vida mientras hace lobby para que una de nosotras –también cada 30 horas– muera por las consecuencias del aborto clandestino.
“Defender la vida”, dicen, mientras desde el Vaticano condenan la homosexualidad y la conquista del matrimonio igualitario es tildada como “derrota de la humanidad”. “Defender la vida”, ¿mientras nuestras compañeras trans no superan los 35 años de vida por estar en su mayoría arrojadas a la miseria y la prostitución?.
#Niunamenos es también alzar la voz por nuestras compañeras asesinadas a golpes por la Policía transfóbica.
Sobre estos prejuicios, el propio Estado y las patronales, con la concurrencia de los sindicalistas traidores, nos relegan a ser el último orejón del tarro –junto a jóvenes e inmigrantes– en el mundo del trabajo. ¿Cómo poder emanciparnos económicamente si la mitad de nosotras, en la Argentina, trabaja precarizada y en negro?
Nuestras muertas
Decimos #NiUnaMenos no como discurso de ocasión ni por la foto publicitaria, ni con la hipocresía de los verdaderos responsables de que esta violencia se perpetúe día a día. Lo decimos con odio, porque es una de nosotras la que se va.
Como trabajadora de la educación, no acepto la foto cínica de los 24 ministros que se “comprometen”, en 2015, a que se apliquen los contenidos curriculares “mínimos” de una Ley de Educación Sexual Integral sancionada en 2006, que poco se ejecuta, obstaculizada por la Iglesia Católica. Porque son nuestras estudiantes las que tapan sus golpes con maquillaje, las que se mueren por abortos mal practicados, las que serán secuestradas por las redes de trata.
Cuando decimos #NiUnaMenos, es porque somos nosotras las que contamos a nuestras muertas, porque no hay estadísticas oficiales a nivel nacional ni provincial. Y lo estamos diciendo con la bronca que lanzará a los y las miles que nos movilizaremos mañana, 3 de junio, para exigir que se declare la emergencia en violencia de género en todo el territorio nacional.
Y nos estamos organizando para exigir que se destine presupuesto urgente para refugios que alberguen a las víctimas y a sus hijos. Refugios que pueden ponerse ya en funcionamiento, expropiando todas las viviendas ociosas, los complejos de departamentos que inundan las ciudades como expresión creciente de la especulación inmobiliaria. Los necesitamos ya, para que sean coordinados por las propias mujeres, organismos de derechos humanos, organizaciones realmente interesadas en defender nuestros derechos.
Exigimos, además, que todas las trabajadoras estén en blanco y tengan garantizado el acceso a la salud. Para las mujeres desocupadas, demandamos subsidios equivalentes a la canasta básica familiar.
El dinero debe salir de impuestos progresivos a las grandes fortunas y mediante la constitución de un fondo especial surgido de las dietas de todos esos funcionarios y políticos a los que vimos sacándose fotos con el cartelito de #NiUnaMenos. Que cobren como una maestra, como lo hacemos los diputados del Frente de Izquierda.
Es necesario empezar a desterrar de manera urgente los prejuicios machistas; hay que poner a toda la comunidad educativa, docentes, estudiantes, padres y madres, abuelos, a discutir de manera masiva e inmediata los fundamentos culturales e ideológicos de la violencia de género. Sin confiar en los hipócritas de toda laya que sostienen este sistema patriarcal, nuestra fortaleza estará en organizarnos desde ahora contra los opresores y explotadores de ayer y de hoy.

*Columna de opinión aparecida el martes 2 de junio en La voz del interior 

lunes, 17 de noviembre de 2014

Triste actualización de los números funestos

Hace un tiempo publicábamos en este blog las cifras de femicidios que hay que contabilizar en Córdoba. Hoy se cumplen dos meses del asesinato de Paola Acosta. Lamentablemente, esa cuenta se actualiza mes a mes, con nuevas víctimas. Algunas estadísticas indican que la frecuencia de los asesinatos se agudiza, y una mujer muere cada 24 hs. 
Sin embargo, nosotras no nos quedamos de brazos cruzados. Nos organizamos en comisiones de mujeres, debatimos cómo hacer para acabar con este flagelo, denunciamos, luchamos y salimos a la calle sin ninguna confianza en los gobiernos patronales que garantizan este sistema de opresión y explotación. Por cada mujer asesinada, el odio a este sistema putrefacto se acrecienta y llamea más fuerte la necesidad de poner en pie un enorme movimiento de mujeres que acabe con tanto oprobio. A esa tarea y en memoria de estas mujeres, destinamos día y noche, todas nuestras fuerzas.






Con los casos de Liz Loyola y Nadia Oviedo ocurridos en los últimos dos meses, tenemos que contar 16 femicidios, de los que llegan a las páginas de los diarios en la provincia. 


16/11/2014. Nadia Oviedo. (33) Fue degollada por su ex pareja, Gustavo Arenas, en la localidad serrana de Icho Cruz. El femicidio ocurrió tras una discusión. Oponerse a lo que dice un hombre, contradecir su opinión; decidir sobre la propia vida contradiciendo el mandato patriarcal, es una vez más, motivo de muerte.    

19/10/2014. Liz Loyola (38) Su ex pareja, un empresario de apellido Álvarez, tomó su arma en pleno centro de Cosquín y efectuó dos disparos que impactaron en la cabeza y tórax de Liz. Luego, se suicidó y murió en el acto. Ella fue trasladada en estado crítico al Hospital Domingo Funes donde murió cuando era asistida por los médicos. La relación entre ambos había terminado hacía un tiempo. 


21/9/2014. Paola Acosta (36) Fue uno de los casos más resonantes de Córdoba. Conmocionó al país, junto con el asesinato de Melina Romero, en la provincia de Buenos Aires. Paola estuvo desaparecida durante 4 días. Recibió varias puñaladas y fue arrojada a una alcantarilla de desagüe junto a su pequeña hija Martina. La asesinó su ex pareja, padre biológico de Martina, quien se negaba a reconocer la paternidad y hacerse cargo de la manutención.  

16/9/2014Mirta Lorena Urquía (34) Murió después de agonizar por 2 heridas de arma blanca en el abdomen. El asesino fue su pareja. No había denuncia ni orden de restricción previas. 

25/8/1014. Leonor del Rosario Ahumada (74) murió a golpes. La Fiscal Mercedes Balestrini, detuvo al hijo, como autor del femicidio. Los medios no lo contabilizaron como tal, y usaron el término "matricidio" para referirse al hecho. Sin embargo, el hijo tenía orden de restricción por denuncias previas de violencia hacia ella.  

29/06/2014. Silvana Córdoba (42) murió de un golpe severo en la cabeza, en Juárez Celman. Encontraron su cuerpo tendido en la cama, rodeada de otras cuatro camas donde dormían sus hijos de entre 10 y 14 años. El homicida fue su pareja, quien se suicidó. El hombre ya había asesinado siete años antes a su anterior pareja, Elsa Cano. La Justicia, lo había liberado alegando que actuó bajo "emoción violenta" porque ella "lo provocó". 

21/06/2014. María del Carmen Leguizamón Zamora (41) fue asesinada de 17 puñaladas, en San José (cerca de Villa Dolores). Tenía cinco hijos. La pareja huyó y estuvo escondido en el monte casi un mes.

20/05/2014. Laura García (30) murió tras ser ahorcada, en Capilla de los Remedios. Por el hecho detuvieron a un hombre que tenía una relación sentimental con la chica. 

19/05/2014. María Medina (51) murió poco después de recibir al menos tres puñaladas en su casa de barrio Sol Naciente, en la ciudad de Córdoba, presuntamente a manos de su pareja, con quien tenía en común un hijo de seis años. 

16/05/2014. Irma Rosa Reynoso (56) murió baleada por su ex esposo, quien luego se quitó la vida. El homicidio fue en Villa Allende. 

17/03/2014. Karina Pérez (41) murió apuñalada en Jesús María. Por el hecho detuvieron a su expareja.

23/02/2014. Nilda Maricel Cantoni (41) muere tras recibir 20 puñaladas. Un joven habría entrado la habitación matrimonial de la víctima, le dio varias puñaladas al marido y luego a ella. El joven tenía una denuncia por abuso sexual a otra joven. El femicida conocía a Nilda, aunque se desconoce la precisión de la causa, este hecho de General Levalle, muestra también que ser mujer, es correr riesgo de vida. 

16/02/2014. Nadia Griselda Alba (29) murió apuñalada en barrio Alberdi de Río IV. Su pareja está acusado asesinarla. El hombre la habría esperado en la vereda frente a la casa a la madrugada, hubo una discusión que luego siguió en el interior de la vivienda, donde la mujer recibió heridas de arma blanca en distintas partes del cuerpo y golpes en la cabeza y el rostro. Dejó a dos hijos, de 5 y 7 años.

25/01/2014. Andrea Porta (35) la mató su pareja (un militar) y luego se suicidó. Sucedió en un departamento donde la mujer vivía con los hijos de ambos, de 9 y 11 años. El día anterior, la víctima había denunciado al hombre por intentar atropellarla con un auto. Sucedió en barrio Don Bosco de la ciudad de Córdoba.

15/01/2014. Marisa Elizabeth Bustos (26) estaba embarazada de 30 semanas. Muere luego de estar 20 días internada en el hospital luego de llegar con golpes en el cuerpo y en el rostro; según los médicos tenía costillas rotas aparentemente a causa de los golpes que su pareja le propició para que abortara. Su estado empeoró y falleció.



08/01/2014. Analía Brochero (46)  la asesinaron en el garaje de su casa de Río Segundo de un escopetazo, el principal sospechoso es un policía, su ex-esposo.

viernes, 31 de octubre de 2014

Gallo rojo



                                                             Silvia Perez Cruz