En estos días
de junio, cumplió un año la “Ley de trata” provincial (10.060) impulsada por el delasotismo.
El mes pasado, contamos 5 años de la Ley nacional de trata (26.364) del
kirchnerismo. Hace semanas, la Presidenta afirmó que "nadie puede desaparecer". De la Sota instala afiches en las calles que llaman a combatir la
trata poniendo eje en la responsabilidad de los clientes y ocultando la responsabilidad
del estado, sus fuerzas represivas, funcionarios y jueces siempre implicados. Pero en la Córdoba delasotista y la Argentina
K, Yamila Cuello es, como Marita Verón, una de las más 600 mujeres secuestradas
y desaparecidas por las redes de trata que siguen, estas sí, “vivitas y
coleando”. La desaparición de mujeres y niñas a manos de estas redes, es uno de
los últimos eslabones -como el femicidio o la muerte por abortos clandestinos-
de una cotidiana cadena de violencia ejercida sobre nuestras vidas.
Mercado de Liniers. Así de brutalmente
le llaman a nuestra provincia, los mercaderes de mujeres, porque es paso
obligado para el tránsito, secuestro o destino para la esclavitud sexual de
mujeres y niñas. A un año de la ley de De la Sota (imitada por otros
gobernadores como el kirchnerista Alperovich), en la provincia sólo se
iniciaron 11 juicios por causas vinculadas con trata de personas y minguna corresponde a la ciudad capital, mientras salta a la luz cómo las “cooperativas policiales” les
cobraban contribuciones a los dueños de prostíbulos con quienes hacían
negocios.
El gobierno
publicita como balance que más de 288 mujeres (de las 600 que se estiman a
nivel nacional) fueron rescatadas desde entonces! Sin embargo, damos mayor
crédito a AMMAR Córdoba, cuando relatan que la mayoría de las “rescatadas” son sus
compañeras y afiliadas, y no víctimas de trata, usadas para engrosar las
estadísticas gubernamentales.
Y por si fuera
poco semejante humillación para estas compañeras, por no hablar de las reales
víctimas, hay que sumar el trato que la Secretaría comandada por la delasotista
Amelia Chiófalo, violentando a las mujeres que quieren salir de la situación de
prostitución o se quedaron en la calle tras el cierre de prostíbulos, ya que la
vociferada “asistencia del estado” se convierte en explotarlas sin pago haciendo
“prácticas laborales” como empleadas de limpieza en hospitales y hoteles, tal
como denuncia AMMAR. La ley de De la Sota no sólo no acaba con las redes de
trata, sino que otorga mayor poder a la policía mafiosa y agravar la situación
de vulnerabilidad a la que están expuestas quienes ejercen la prostitución.
Las víctimas
de las redes de trata en todo el país, son esencialmente las mujeres jóvenes, sobre
todo trabajadoras y pobres, muchas de ellas migrantes, que al borde de la
subsistencia, son engañadas con promesas laborales sino directamente
secuestradas, como lo atestigua la denuncia de Cecilia Zamora en el programa Periodismo
para todos del 9/6 o el propio caso de Yamila Cuello. ¿Acaso fue ésta, una
“década ganada” para las mujeres?
Hipocresía por partida doble. Alejo Paredes, el ex jefe de la
policía provincial que saltó a la fama por decir, en 2009, que en Córdoba no
existía la trata, hoy se encarga de tirarle la pelota al gobierno nacional
aduciendo que las mujeres inmigrantes secuestradas por estas redes internacionales,
es un asunto “tiene la responsabilidad de atacar Migraciones”.
Migraciones le responde, (como consta en diario mendocino por estos días) que
la Ley de Profilaxis existe desde 1937 y sin embargo, De la Sota y su Ministro
de Seguridad, Paredes, tardaron más de un año en clausurar 7 prostíbulos. Luego de más de 10 años de gobierno kirchnerista mantuvo cajoneadas más de un año las modificaciones de la
ley nacional, con el aumento de penas para los tratantes y recién "se acordó" de aprobarlas para hacer demagofia luego de la escandalosa absolución de los
imputados por la desaparición de Marita Verón; la no reglamentación aún de estas ya limitadas modificaciones, demuestra la vacuidad del discurso presidencial.
Nos negamos a que los gobiernos
hagan demagogia en nuestro nombre. Por eso decimos que no podemos confiar en el
Estado para defender los derechos de las mujeres. Debemos pelear de manera
independiente por la aparición con vida de Yamila, Marita y las más de 600
mujeres desaparecidas, denunciando la complicidad policial, gubernamental y
judicial.
En Córdoba, las mujeres de Pan y Rosas, estamos impulsando junto a Soledad Cuello, hermana de Yamila, y otras organizaciones que pelean por los derechos de las mujeres, una Coordinadora para exigir la inmediata aparición con vida de Yamila Cuello. Pero de la mano de esta pelea concreta, planteamos que es imprescindible poner en pie un gran movimiento de mujeres que pelee por el desmantelamiento de las redes de trata, la disolución del aparato represivo del estado y la cárcel a jueces y funcionarios cómplices. Un movimiento que pelee contra toda forma de violencia hacia las mujeres, contra la precarización laboral; por el derecho a una educación sexual laica e integral sin injerencia de la reaccionaria Iglesia; por anticonceptivos gratuitos y aborto legal, seguro y gratuito para no morir por las consecuencias de los abortos clandestinos. Un movimiento que avance en estas peleas en la perspectiva de acabar con este sistema de opresión y explotación que condena a miles de seres humanos, y en particular a las mujeres, a la miseria más absoluta, para garantizar las ganancias de unos pocos.
En Córdoba, las mujeres de Pan y Rosas, estamos impulsando junto a Soledad Cuello, hermana de Yamila, y otras organizaciones que pelean por los derechos de las mujeres, una Coordinadora para exigir la inmediata aparición con vida de Yamila Cuello. Pero de la mano de esta pelea concreta, planteamos que es imprescindible poner en pie un gran movimiento de mujeres que pelee por el desmantelamiento de las redes de trata, la disolución del aparato represivo del estado y la cárcel a jueces y funcionarios cómplices. Un movimiento que pelee contra toda forma de violencia hacia las mujeres, contra la precarización laboral; por el derecho a una educación sexual laica e integral sin injerencia de la reaccionaria Iglesia; por anticonceptivos gratuitos y aborto legal, seguro y gratuito para no morir por las consecuencias de los abortos clandestinos. Un movimiento que avance en estas peleas en la perspectiva de acabar con este sistema de opresión y explotación que condena a miles de seres humanos, y en particular a las mujeres, a la miseria más absoluta, para garantizar las ganancias de unos pocos.