Para muestra, basta un botón:
El trabajo en negro no cede pese a que la economía crece con fuerza
Bajó sólo 0,2 puntos, a 35,8%. Hay 4,2 millones de personas en esa situación.
- PorISMAEL BERMÚDEZ
- ibermudez@clarin.com
Aunque la economía sigue creciendo muy fuerte, en un año el empleo en negro bajó apenas 0,2 puntos, del 36 al 35,8%. Pero como el número de asalariados es mayor, hoy hay 110.000 trabajadores en negro más que un año atrás.
Así, sobre casi 11,8 millones de asalariados ocupados, 4,2 millones de personas trabajan en relación de dependencia, pero no reciben los beneficios laborales y de la Seguridad Social.
A su vez, una proporción elevado del mayor empleo registrado se debe a que el Estado estuvo blan queando trabajadores y empleados contratados o temporarios, como surge de los registros de la Seguridad Social. De aquí se infiere que el no registro laboral habría aumentado en mayor proporción en el sector privado.
Aún así, de acuerdo a las cifras difundidas ayer por el INDEC, en la principal región del país –Capital y el Gran Buenos Aires– por segundo año consecutivo el trabajo no registrado aumentó : pasó del 34,7 al 36,2% el año pasado y ahora volvió a subir al 36,7%-.
Eso fue compensado por un retroceso en el resto del país, con excepción de la Patagonia. El NOA y el NEA encabezan el ranking con más del 42% de empleo negro. Corrientes está al tope con el 45% y Ushuaia-Rio Grande en la otra punta con el 14,2%.
En la Ciudad de Buenos Aires, el empleo en negro creció del 23 al 25,2% y se mantuvo sin cambio en el 40,8% en el conurbano bonaerense, donde así 4 de cada 10 trabajadores no está registrado.
El trabajo en negro tuvo un fuerte aumento durante los 90 por el impulso a los “contratos basura”, la “flexibilidad laboral” y luego por la explosión de la crisis (2001/03).
Con la normalización económica posterior el no registro laboral fue reduciéndose, pero sin perforar la marca que regía antes de 1995 y muy por encima de los guarismos de los 80.
Eso mostraría que el fenómeno se está transformando en estructural, que sube con fuerza cuando el ciclo económico es negativo y se reduce pero menos en los años de crecimiento, sin bajar del tercio de la población asalariada .
Además del trabajo en negro directo –al que recurren los empleadores para eludir el pago de las cargas sociales y pagar salarios más bajos– están otras formas “legales”, que son presentadas como inclusivas, como el registro de asalariados como monotributistas o la formación de cooperativas truchas , pero que los especialistas lo suman al empleo en negro y precario. Por eso el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina estima el empleo precario en el 52% de la fuerza laboral. En el trabajo rural como en el servicio doméstico el empleo no registrado supera el 70%.
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