El sábado pasado, en la sesión de apertura de la Legislatura provincial, De la Sota armó un relato que manda a descansar en paz su afamado “cordobesismo”. El discurso estuvo teñido de gestos hacia la Nación, mostrando un deseo de unidad nacional y así, “lograr restaurar la convivencia” para salir de la situación pantanosa en que está sumida la provincia. Y si el origen del cordobesismo hizo pie en la disputa con el kirchnerismo por la caja, es el mismo motivo el que lo impulsa ahora a mostrarse dialoguista con Cristina: la devaluación anunciada hace dos semanas por el gobierno nacional complica aún más, la ya deteriorada situación de las finanzas provinciales, luego del aumento concedido a las fuerzas represivas en diciembre pasado. La mitad de la deuda provincial está atada al dólar y eso significa que por cada 10 centavos que aumenta la cotización de la divisa norteamericana, la deuda “de los cordobeses” se incrementa en 44 millones de pesos. El encuentro de De La Sota con Scioli hace dos días, es otro síntoma del acercamiento que comenzáramos a ver con Berni desembarcando por segunda vez en Córdoba, a inicios de 2014.
Pero esta no fue la única novedad que tuvo el discurso en la unicameral cordobesa. En un rapto “progresista”, el delasotismo tardíamente se “kirchneriza”, expresando que es insostenible el desfasaje entre éste y una relación de fuerzas donde los trabajadores, sectores populares y la juventud empiezan a oponerse con sus reclamos, que van desde oponerse a la instalación de la planta de la multinacional Monsanto y el cuestionado Código de faltas, a la exigencia de aumentos salariales en las paritarias que partan del piso de lo concedido a la policía.
Cambiar algo para que nada cambie
Por eso, De la Sota respondió con una serie de medidas (esencialmente simbólicas) que buscan aportarle algo de mejora en su imagen, de cara a los duros meses por venir. Una de estas medidas pretende, en un gesto muy similar al de su nueva “aliada” nacional, contentar al auditorio con un “Plan Progresar cordobés” que será claramente insuficiente frente al avance de la inflación. A esto se suman un proyecto de ley, que dispondría la consulta popular y estudios de impacto ambiental ante nuevas (o actuales) instalaciones de empresas como Monsanto. Finalmente, el gobierno anunció una reforma menor al Código de faltas - la policía no podrá detener pibes sin previa denuncia de un vecino “personalmente identificable”-, que sostiene intacta la odiada figura del “merodeo” utilizada con impunidad por la narcopolicía para detener a la juventud pobre de los barrios. Dicha figura que ampara el abuso policial fue cuestionada activamente, por más de 15000 pibes que se movilizaron en la última Marcha de la Gorra. Esto se vio combinado con el anuncio de la creación de la “Fuerza Policial Antinarcotráfico” (aumento presupuestario incluido que, objetivamente, fortalece a las fuerzas policiales). Como a la usanza k, con el discurso “a izquierda” se consuman medidas de derecha.
Llamativamente, el gobierno provincial no hizo mención alguna sobre el estado de las arcas provinciales tras la devaluación y creciente inflación. Es que, como intento de conjurar a un fantasma, el delasotismo no quiere ni referirse a esa poderosa clase obrera que empieza a despertar en Córdoba y prepara sus reclamos por salario y condiciones laborales. Lo que preocupa a propios y ajenos es cómo resolver lo que ya despuntó con el reclamo de los trabajadores de la salud que se mantuvieron en conflicto aún durante el caluroso verano; de los trabajadores docentes a quienes Grahovac nos decretó el cierre anticipado del ciclo lectivo, temeroso de que nos unamos a los médicos y enfermeros; y a los trabajadores de las automotrices u otros sectores de la industria (como los trabajadores de la carne), que ven peligrar la fuente de trabajo por suspensiones y despidos.
Acompañado en la inquietud
Sin embargo, el gobernador no está solo con este temor que lo lleva a pegarse a la nación. Lo mismo siente la traidora burocracia sindical de los Pihen, Monserrat, Daniele y Dragún que el pasado martes se reunía para lanzar la convocatoria a una marcha por “el salario y el empleo” para el próximo viernes 14/02. Temen que la bronca por la pérdida del poder adquisitivo del salario se desate. El aumento del boleto a $5,30 aprobado con una maniobra de los radicales (para no perder la costumbre del fraude), con la inestimable ayuda de la policía delasotista siempre dispuesta a reprimir, es una muestra de lo que le espera al bolsillo de los trabajadores con estos gobiernos y sus gremialistas aliados. Las conducciones, como no podía ser de otro modo, brillaron por su ausencia en la jornada de protesta contra el aumento del boleto.
Por eso, los trabajadores y la juventud de Córdoba, tenemos que aprovechar esta jornada convocada por la burocracia, para intervenir de manera independiente mostrando que hay otra alternativa. Ellos pretenden que la paritaria docente y de los trabajadores de la salud se convierta en una paritaria testigo firmada a la baja y aunque dejen correr que no pueden pedir menos del 33% que le dieron a la narcopolicía, van a pretender que nosotros seamos quienes una vez más, paguemos sus negociados de nuestro salario.
Las CGTs convocaron, por los medios, a esta jornada de movilización para el 14/2. No puede ser una jornada rutinaria de movilización y mucho menos reducida sólo a los "cuerpos orgánicos", como nos tienen acostumbrados. Para evitar que la jornada sea una convocatoria de unos y otros para lavarse la cara por sus alianzas, ya sea con el oficialismo provincial (CGT-Regional Córdoba) o nacional (CGT-Rodríguez Peña), debemos exigir la convocatoria inmediata a asambleas en todos los lugares de trabajo. Que la jornada sea con paro activo y movilización para garantizar una verdadera participación masiva de miles de trabajadores e iniciar, de esta manera un plan de lucha serio en el camino a un paro provincial. Solo así tendrá fuerza la pelea por la "defensa del salario y el empleo".
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